¿Recompensará Escrivá a los "fantasmas" por hacer horas extras? Caso Rústica

 


El caso Rústica

Es de pena y miseria leer algunos artículos de prensa donde nos meten a todos los afectados ó perceptores del IMV en el mismo saco.

¿Quién de vosotros está cobrando entre 800 y 1000 euros al mes sin dar un palo al agua y sin que le hayan reducido o extinguido tal cantidad?

Ese dinero que dicen que nos están regalando y pagando todos los españoles es mentira. Es un dinero que viene del Fondo Social Europeo y no se sabe ni dónde o en qué ha sido invertido. Monika Hohlmeier aún sigue buscándolo y preguntándose "¿qué coño habéis hecho con los cuarenta mil millones de euros?"

Y claro, alguna excusa habrá que buscar. En este caso, la clase más desfavorecida, es decir, nosotr@s pagamos el pato.

A mí, particularmente, el IMV no me ha sacado ni de la pobreza ni de la precariedad económica. Es decir, mi vida no ha cambiado en absoluto. Estoy en una edad en la que empiezo a envejecer, al parecer, más rápido de lo normal. No oigo bien y para solucionarlo tengo dos opciones: cirugía ó unos audífonos que cuestan cuatro mil euros y no me los puedo permitir. Otra cuestión es que mis vértebras ya no son lo que eran...

Con esta situación me quedé a cero euros de ingresos económicos. Evidentemente tramité una invalidez parcial. Estábamos en confinamiento por Covid 19 y la revisión médica me la hicieron con una llamada telefónica. Los ignorantes que hicieron esto, no se percataron de que tengo el teléfono con el volumen al máximo y uso auriculares inalámbricos con sonido espacial incluido. Como consecuencia, la invalidez me vino denegada.

Tramité el IMV y antes de aprobármelo, así, como de forma milagrosa, me llamaron para trabajar y acepté. Estuve arrimando el hombro durante lo más duro de la pandemia. Ocho meses después, me vino aprobado el IMV, cobrando la módica cantidad de 50 euros mensuales. Ni atrasos ni retroactividad ni nada de nada. Como eso no fue suficiente, también y por casualidad, estalló un volcán y estuve sacando cenizas (para quien no lo sabe, la ceniza volcánica tiene el mismo peso y forma que la arena de playa). Aún así, debió ser que todavía me queda alguna neurona activa porque me fabriqué mis propias herramientas, adaptadas a mi situación de salud actual y llené tantas bolsas de ceniza como pelos tengo en la cabeza.

Fíjense si me gusta vivir de los demás, que cuando me despidieron de forma desagradecida y asquerosa, sólo me faltó traer una cadena y atarme al puesto de trabajo.

Luego llegó mi declaración de la Renta, la presenté, (igual que he hecho otros años cuando no tenía ni IMV ni obligación de hacerla) y con los únicos ingresos obtenidos de rendimiento de trabajo, me pasé del límite y me extinguieron el IMV. Ahora estoy esperando la carta de cobros indebidos pues, según ellos, les debo 1.600 euros. Creo que con eso le pagarán a los funcionarios que nos persiguen, a los "puestos a dedo" o a algún que otro "fantasma".

Ahora estoy en el paro, este mes he cobrado mis últimos 300 euros. El próximo mes no cobraré nada, no estoy cobrando el IMV y ¡qué casualidad! ¡tampoco me sale trabajo por arte de magia!

Lo más patético de esta situación, además de leer el trato aberrante que algunos periódicos basura muestran hacia los afectados por el Ingreso Mínimo Vital, es haber podido contactar y encontrar personas y familias cuyos casos son iguales e incluso peores que el mío. 


Fuente inspiradora de ésta entrada de blog:

https://www.hispanidad.com/economia/escriva-cazarrecompensas-fiscal-premiara-funcionaros-consigan-recobrar-pagos-incorrectos-ingreso-minimo-vital_12043269_102.html


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